Los que leo

miércoles, 25 de abril de 2007

"es bueno dejar su diario cuando uno se muere para que la gente comprenda lo que uno era por dentro y conozca sus intenciones"

En la revista Sábado de El Mercurio, me encontré con el articulo “Papelucho, revisitado” escrito por Albero Fuguet, el cual expone su mirada frente al personaje. Faltando poco para que se estrene la película Papelucho y el Marciano y yo sin aún haber leído el libro, recuerdo que si bien cuando niña no leí ninguno de los libros Papelucho siempre había estado en mi memoria colectiva, pero solo lo conocí ya siendo adulta y  fue toda una revelación, ni siquiera he leído los once libros porque he ido de a poco recopilándolos y disfrutando de cada una de sus aventuras. Creo que ha sido uno de los personajes con los que más me he reído hasta las lágrimas y en donde siempre me siento plenamente de acuerdo con todo lo que piensa, ni siquiera es sentirse de nueve años otra vez, es sentir lo mismo a la edad que uno tenga. De hecho ayer después de leer el artículo de Fuguet empecé a releer Papelucho, en la Clínica.
En el artículo Fuguet dice:

“Papelucho es una de las voces narrativas nacionales más punzantes, agudas, perfectas en su tono, desafiante en su ira, incondicional con sus ideales y afilada a la hora de cortar con una inocencia casi aterradora la gruesa capa de desdén y la mediocridad de nuestra burguesía poco ilustrada”.

“Papelucho es un chico dañado, al que le faltan la plaza y calle, por mucho que se sienta un patiperro, que en vez de estar jugando con sus amigos le está escribiendo sus cosas a un diario”.

Fuguet en este contexto reconoce tenerle cariño al personaje y lo considera uno de los personajes fundamentales del canon literario nacional, dentro de todo lo escrito por Fuguet me aniquilaron los últimos párrafos:

“ Lo mejor de Papelucho y el Marciano es un intercambio al final que poco y nada tiene que ver con E.T. Papelucho se despide de su amigo que lo abandona y, con pena, le pide un consejo:

___ ¿Y ahora qué hago yo?
___ Lo mismo que hice yo en la Tierra: Aguantar.

Aguantar, con ese extraño consejo finalizo por hoy mis escritos.

martes, 24 de abril de 2007



The Wolf,
Who lives under the rock
has invited me
to drink of his cool water.
Not to splash or bathe
But leave the sun
& know the dead desert
night & the cold men
who play there.

Jim Morrison

lunes, 23 de abril de 2007


Inspiración moderada

Solía escribir en un cuadernito roñoso que aún se guarda por ahí, escondido en algún rincón de mi casa.


Pero esto de tener un blog no me atraía mayormente, aunque conservar los recuerdos en palabras o lo significativo de un momento siempre queda en la memoria, a lo largo del tiempo se sobreponen los recuerdos cada vez más y como en el último tiempo los recuerdos taladrantes son más obsesivos que los buenos, prefiero tener un lugar visible donde parte de lo que me define no se llene de polvo en algún lugar de mi cerebro llamado anterior cingulado.


Lo primero que voy a escribir va a ser sobre Fuguet, en la especial relación que tengo hacia él. Siempre sintonizo en su misma frecuencia, siempre me he identificado con lo que escribe; tengo miles de recuerdos desde que leía su sección en la revista rock n` pop o en la Zona de Contacto; como olvidar Mala Onda y no hacer de Matías Vicuña un referente, sobre todo que al igual que él, me obsesione por conocer a Holden Caulfield, aunque al principio pensé que solo era ficción literaria hasta que después de un par de años logre tener en mis manos tan preciado libro “The Catcher in the Rye”….toda una revelación para mi…lejos unos de mis libros preferidos. Fue también gracias a Fuguet que llegue a Bukowski, de alguna forma u otra ha enriquecido mi afán literario.


Recuerdo la vez que lo vi en Valdivia presentaba una de sus películas, allí estaba yo estupefacta, embelesada con cada palabra, esa rapidez mental que lo caracteriza me embriagaba, me quede hasta el último minuto solo para que me firmara un libro, sólo para seguir escuchando cada una de sus ideas, estaba frente a mi escritor favorito, frente a alguien que había cambiado mi vida de alguna forma, no sabía que decir, recuerdo que me pregunto algo y ni siquiera recuerdo la respuesta que le dí o si le pregunte yo algo. No recuerdo muy bien que hablamos entre los que nos quedamos alrededor de él, solo recuerdo la sensación máxima de estar frente a un hito en mi vida. Fuguet es parte de mis pilares literarios, es parte de mi codificación genética, esta en la misma frecuencia.


Que más decir en está primera inmersión hacia el ciber-espacio, siento que escribo a mi yo futuro y desde el pasado le saludo.


23/04/07
18:43